sábado, 9 de febrero de 2013

BUSCA LA FELICIDAD


La felicidad no es la misma para todos, porque no todos la entendemos igual. 
Pero generalizando, la felicidad es un estado de bienestar.

¿A cuántas personas hemos escuchado decir: “Ya me puedo morir en paz”? Que no significa que quieran morir, pero sí que han cumplido con una meta que les produce bienestar, por lo tanto, felicidad en la vida.
Para ser feliz hay que cumplir metas, y será más probable que mientras más pequeñas o fáciles de lograr sean, más podamos cumplirlas. No es lo mismo tener la meta de ser millonaria que la meta de juntar un poco de dinero que nos haga sentir bien. Si bien ser millonarias es posible,  lleva más tiempo y esfuerzo por lo que tenemos que esperar más tiempo para ser “felices”, de todas formas podría valer la pena según las prioridades.

Sin embargo, la felicidad es momentánea. Tan pronto tenemos lo que queremos o necesitamos, se crean otras necesidades o deseos, por lo que nuevamente comenzamos el ciclo para buscar más, o mantener el bienestar.

 Es común ver la cantidad de gente que a pesar de tener de que alegrarse en su vida no lo reconoce, y prefieren enfocarse en lo que no tienen o lo malo que les ha pasado. O las personas que se comparan con gente en situaciones desdichadas e inevitablemente sienten un estado de satisfacción.
Además, no conocer cosas nuevas, no ir a lugares nuevos, quedarse en las mismas actividades provoca que estemos tan acostumbradas a no sentir nuevas emociones como el asombro o el júbilo, que a su vez genera que no experimentemos la sensación de dicha. Hacer lo que tanto nos gustaba por mucho tiempo puede llegar a ser aburrido. Aunque si mantenemos el gusto y estamos absortas en lo que hacemos también experimentamos bienestar. También hay quienes creen que la felicidad es reírse de todo, pues reír trae muchos beneficios, pero hay cosas que requieren seriedad y que por más que uno quiera reír no podrá.
Creo que la búsqueda de la felicidad siempre debe ser una motivación para mejorar, para no estancarnos.  Muchos no encuentran la felicidad porque nunca la buscan, aún así la tengan en las narices.

Además debemos darnos la oportunidad de diario hacer cosas que nos mantengan felices, aun sean pequeñas o corta duración, pero siempre tener una dosis de felicidad para ser optimistas, porque efectivamente la vida es difícil y hay muchos sacrificios, por lo que será más fácil superar las barreras con una vida equilibrada y positiva.



 Podemos ser felices o infelices, finalmente es tu decisión.





¿Te atraen los chicos malos?


Aún muchas mujeres siguen prefiriendo a los hombres que aparentemente son más masculinos. Los cariñosos que incluso se ponen a llorar darán ternura, pero no precisamente despertarán pasiones al menos en muchas mujeres que prefieren ser protegidas en lugar de proteger.Así como las aventuras y las cosas nuevas, lo impredecible les resulta más tentador. 


Sin embargo, creo que las cosas deben ir por partes. Una cosa es que se sientan atraídas y otra es que sean las parejas perfectas, puesto que su estabilidad se suele ver amenazada. Las relaciones con un “chico malo” pueden terminar en lo que no esperaban, como maltratos o infidelidades, y eso está claro que no les gusta, pero se encuentran con una realidad que no pueden controlar porque no estaban preparadas, no era lo que esperaban; hasta que con el paso del tiempo van entendiendo, pero puede ya ser demasiado tarde, pues hay quienes se acostumbran al estilo de vida de los “chicos malos”. 

A pesar de lo complicadas que pueden ser las relaciones, y de que muchas prefieren hombres que se parezcan a sus padres (inconscientemente), siguen obsesionadas con la protección o con las expectativas sociales de tener a su “macho dominante”.

Mientras que otras mujeres que no sólo saben lo que quieren, sino lo que necesitan y lo que sería mejor para ellas, las hace desarrollar una especie de “filtro mental” para reconocer a los candidatos. 

El término “conquistar” parece ser propio de todos los chicos, lo que para las mujeres es una amenaza pintada de romanticismo, nadie quiere ser conquistado y por lo tanto ser utilizado, pero pareciera que conquistar es un término común, propio de los chicos malos y de las mujeres seducidas por ellos. Y que se peleen por ellas es un halago, como si fueran simples trofeos intercambiables. 

Pero las mujeres también tienen sus retos, y conquistar el corazón de un “chico malo” no es  fácil,  y muchas lucharán a pesar de las amarguras. 


Finalmente, lo ideal es que llegue el equilibrio, pero en muchas y muchos no llega, no sólo en el amor sino en otras áreas de la vida, por lo que hay que replantearse qué es lo hacen con sus vidas y sus “corazones”, buscar caminos para no sufrir. 




jueves, 7 de febrero de 2013

AMOR APACHE


Para muchas personas es común pensar que por discutir van a terminar enamorados.

Las discusiones no son malas si se hacen respetuosamente y con el fin de llegar a un acuerdo, no de desatar la agresividad y la confusión.

Discutir rompe la tranquilidad, pero suele valer la pena cuando las cosas no andan bien.

Pero cuando en una relación las peleas son el pan de cada día, así como las agresiones y la violencia en general; las luchas de poder, como saber quién tiene la razón o quién se saldrá con la suya se oponen a las expectativas de una pareja tradicional que busca paz y tranquilidad.

Sin embargo, hay parejas a las que les encanta pelear en gran parte por la reconciliación, o porque creen que están siendo auténticos, la cuestión es que separarse puede resultar peor que pelear, su relación es como un reto  que los estimula a ambos . 

Las personas que están en este tipo de relaciones suelen ser personas emocionalmente inseguras, que corren el riesgo de herirse aún más, puesto que destruyen más de lo que construyen. Las relaciones sexuales también suelen ser impulsivas, lo que puede provocar que se traigan hijos al mundo que serán víctimas de las peleas. O imagínate golpear a tu pareja con la sartén o darle un golpe tan fuerte que lo mate o lo marque de por vida, incluso decirle groserías o burlarse de sus defectos.

Este tipo de amor no es precisamente amor. Es la atracción hacia lo diferente, el rechazo y el miedo a realmente amar, por lo  que siempre se está a la defensiva. 

Mucha gente que tiene este tipo de relaciones ha vivido en ambientes violentos y por eso les resulta cómodo y hasta familiar. Además que la conquista de la mujer y la lucha de géneros es también tema de todos los días.



martes, 5 de febrero de 2013

¿Envidiosa, yo?









¿Envidiosa, yo? Se preguntan muchas, de las cuales sólo un porcentaje le cuesta controlar que está al pendiente de los dimes y diretes para compararse con otras o desear ser como ellas, lo que en la mayoría de los casos termina generando odio, frustración, rabia por triunfos, o satisfacción cuando les va mal.

 Muchas suelen envidiar hasta a celebridades que ni conocen pero que han llegado a formar parte de su vida al verlas en la televisión todo el tiempo; incluso sobrevaloran a los demás.

En gran parte, tener envidia de vez en cuando no es algo malo o anormal, sino una simple señal de que somos competitivas con una buena dosis de inseguridad. Sin embargo, son más los casos en los que las personas no se superan por tener envidia, sino que sólo prefieren criticar o imitarlos con resultados poco satisfactorios puesto que no se preocupan en desarrollarse, sino simplemente en compararse. Cosas que vienen arraigadas desde la infancia, cuando en más de una ocasión nuestros padres nos comparaban con otros niños o cuando a ellos les daban lo que a nosotras no, generando resentimiento.

Entonces tenemos las dos opciones, centrarnos en desarrollar nuestras habilidades si queremos mejorar y por lo tanto destacar, o “acabar” a la competencia con chismes y de esa manera destacar. 

Es mejor que las personas por las que sentimos envidia nos llenen de inspiración y podamos tener objetivos que perseguir, creyendo en tí misma, viviendo tu vida y dejando vivir, entendiendo lo que cuesta conseguir las cosas, y aunque parezca que unas lo tienen más fácil que otras no es así en todos los ámbitos, todos tenemos que luchar por lo que queremos sabiamente y competir con nosotras mismas, no con las demás. Funcionaría mejor si aprendemos de ellas en vez de solo imitarlas, incluso si es posible  colaborar con ellas y ayudarse mutuamente.

Finalmente, la “envidia de la buena” debería ser la envidia que superamos, es querer lo que otros tienen pero sin estar “fregando”, sino que nos sirva para replantearnos lo que hemos logrado y pasar a centrarnos en nosotros y no en los demás, puesto que querer lo que tienen los demás suele ser superficial y necesitamos descubrir más nuestras motivaciones internas, donde están las claves para triunfar.



¿Miedo a la ambición?










Para muchas esa palabra da miedo, tal vez porque malinterpretan su significado.

 A lo largo de la historia han existido mujeres ambiciosas que han destacado, pero nunca faltan las personas que las ven como malas, mientras que la ambición es normal y de esperarse en un hombre, al menos por gran parte de la sociedad. Cuando una mujer es ambiciosa destaca más de lo que destacaría un hombre porque pareciera ser que no es común de ver. Da más de que hablar una mujer que sale adelante, al menos desde mi punto de vista. 

Todas las personas en el mundo tenemos nuestra dosis de ambición. Cuando conseguimos lo que queremos, aún así sea un nuevo teléfono celular, más tarde cuando salga un nuevo modelo vamos a querer cambiarlo, si no es con teléfonos en con otras cosasPareciera que no estamos conformes, y eso no me parece malo. El problema es cuando hay grandes pérdidas económicas,  se hacen cosas ilegales o poco éticas típicas de la ambición desmedida, mientras tanto, todos tenemos el deseo de ir por más y mejorar, no sólo en cuestiones económicas, sino personales, de aprendizaje, etc.

Se dice que hay ausencia de ambición cuando se controlan esas ganas de tener más, por lo que no hay planes ni metas una vez se alcanza lo mínimo a lo que aspiraban, generando conformismo y rechazando otras aspiraciones. A muchos les gusta esta idea porque les da una falsa sensación de tranquilidad, de no meterse en problemas.






AGRESIVIDAD POSITIVA


La agresividad llega a ser necesaria en muchos aspectos de nuestra vida puesto que es una forma de mantener el dominio en muchos aspectos que nos motivan a luchar. Este tipo de agresividad es positiva porque construye, podrá destruir lo negativo pero nos fortalecerá. 

Nos ayuda a no ser conformistas o pasivas, esperando que se presenten las oportunidades, sino que vamos por las oportunidades e insistimos en ellas. Para eso se necesita dinamismo, estar en constante movimiento y aprendizaje, actualizándonos y creyendo en nuestras capacidades, con disciplina, esfuerzo, sueños, motivaciones, etc.

Todos tenemos tendencia a la agresividad, pero no de manera positiva. Las personas que no se muestran agresivas con los demás se muestran agresivas consigo mismas y se autodestruyen. La agresividad que adoptemos en gran medida será la agresividad que nos rodea, pues muchas personas crecen rodeadas de violencia, y más tarde son también violentos.

Podemos cambiar en cualquier momento que nos lo propongamos, lograr lo que planeamos si primero sabemos lo que queremos y luchamos por conseguirlo.