Aún
muchas mujeres siguen prefiriendo a los hombres que aparentemente son más
masculinos. Los cariñosos que incluso se ponen a llorar darán ternura, pero no
precisamente despertarán pasiones al menos en muchas mujeres que prefieren ser
protegidas en lugar de proteger.Así como las aventuras y las cosas nuevas, lo
impredecible les resulta más tentador.
Sin
embargo, creo que las cosas deben ir por partes. Una cosa es que se sientan
atraídas y otra es que sean las parejas perfectas, puesto que su estabilidad se
suele ver amenazada. Las relaciones con un “chico malo” pueden terminar en lo
que no esperaban, como maltratos o infidelidades, y eso está claro que no les
gusta, pero se encuentran con una realidad que no pueden controlar porque no
estaban preparadas, no era lo que esperaban; hasta que con el paso del tiempo
van entendiendo, pero puede ya ser demasiado tarde, pues hay quienes se
acostumbran al estilo de vida de los “chicos malos”.
A
pesar de lo complicadas que pueden ser las relaciones, y de que muchas
prefieren hombres que se parezcan a sus padres (inconscientemente), siguen
obsesionadas con la protección o con las expectativas sociales de tener a su
“macho dominante”.
Mientras
que otras mujeres que no sólo saben lo que quieren, sino lo que necesitan y lo
que sería mejor para ellas, las hace desarrollar una especie de “filtro mental”
para reconocer a los candidatos.
El
término “conquistar” parece ser propio de todos los chicos, lo que para las
mujeres es una amenaza pintada de romanticismo, nadie quiere ser conquistado y
por lo tanto ser utilizado, pero pareciera que conquistar es un término común, propio de los
chicos malos y de las mujeres seducidas por ellos. Y que se
peleen por ellas es un halago, como si fueran simples trofeos intercambiables.
Pero
las mujeres también tienen sus retos, y conquistar el corazón de un “chico
malo” no es fácil, y muchas
lucharán a pesar de las amarguras.
Finalmente,
lo ideal es que llegue el equilibrio, pero en muchas y muchos no llega, no sólo
en el amor sino en otras áreas de la vida, por lo que hay que replantearse qué
es lo hacen con sus vidas y sus “corazones”, buscar caminos para no sufrir.
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